Cuando enseñamos historia debemos adoptar métodos que faciliten la participación activa de los alumnos, así como un aprendizaje que le permita crear una conciencia crítica y reflexiva de su entorno social y a la vez ubicandolo como parte de la historia y no como algo ajeno a él.
Al utilizar herramientas de recolección de datos como la entrevista, permitimos que el niño se acerque más a su historia inmediata y se involucre socialmente, creando así un análisis reflexivo entre lo acontecido y la fuente directa.
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